¿POR QUÉ REBELARSE?
Recientemente hemos podido leer en los medios acerca de la severa degradación de los ecosistemas y la extinción diaria de más de 150 especies. También podemos leer que “el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando”, según el último informe del IPCC. 11.000 científicos advierten que, a menos que se decidan reducciones rápidas y ambiciosas de CO2, el mundo se enfrentará a un “sufrimiento indecible”.
Aunque los países del sur y los pobres serán quienes injustamente más sufrirán las consecuencias, hemos visto cómo los fenómenos climáticos extremos de los últimos meses no respetan a ningún país. Por no mencionar que la Covid-19 ha confirmado la relación entre la degradación de la naturaleza y nuestra salud.


Lo que suceda con la Humanidad en las próximas décadas y siglos depende de lo que HAGAMOS HOY
Necesitamos un acuerdo vinculante lo más ambicioso posible para evitar las peores consecuencias de la grave crisis ecológica y realizar una transición hacia una economía global de bajas emisiones de forma más justa. Porque una minoría opulenta emite CO2 desproporcionadamente, mientras que los que menos han contribuido a todo esto son los que más caro lo están empezando a pagar.
A pesar del miedo, la rabia y la ansiedad que nos genera la actual crisis, tenemos el convencimiento de que solo las personas de a pie movilizadas podemos realmente traer los cambios necesarios.
Simplemente dejar esto en manos de las grandes empresas y las élites políticas no es la buena idea que nos quieren hacer creer. Precisamente así hemos llegado al punto crítico en que nos encontramos. Han tenido su oportunidad desde 1988, cuando se reconoció oficialmente el problema y se creó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Tristemente aún hoy en día hay quienes se afanan por negar o quitar importancia al problema, voces muchas veces financiadas por intereses privados que pretenden confundir a la opinión pública.
Nuestros valores.
Cualquier persona o grupo puede organizarse y actuar autónomamente en nombre de XR, siempre y cuando la acción se ajuste a los principios y valores de XR. De esta manera, el poder está descentralizado, lo que significa que no hay necesidad de pedir permiso a un grupo o autoridad central.
Nuestros corazones nos dicen que un mundo diferente es posible. Nuestra visión del cambio es lo suficientemente amplia como para contener una variedad de opiniones sobre la mejor manera de trabajar para lograr ese cambio: “Un mundo sano y bello, en el que se apoye la individualidad y la creatividad, y en el que las personas trabajen juntas, resolviendo problemas y encontrando sentido, con valor, poder y amor. Esto se sustentará en culturas arraigadas en el respeto a la naturaleza, las libertades genuinas y la justicia”.
El cambio necesario es enorme y, sin embargo, alcanzable. Ningún régimen del siglo XX logró resistir un levantamiento que contara con la participación activa de hasta el 3,5% de la población (vea la charla TEDx de Erica Chenoweth). Reconocemos que estamos en medio de una crisis masiva, que puede ser difícil de comprender y afrontar. Estamos viviendo el comienzo de la sexta extinción masiva de especies y no estamos tomando las medidas adecuadas para alejar a nuestra civilización de la trayectoria más horrenda del cambio climático. El mundo es profundamente desigual, con la riqueza y los mecanismos de poder concentradas en una pequeña minoría. Tenemos crisis en nuestra salud mental y física, incluida la de nuestras niñas, basada en diferentes formas de malnutrición y en un medio ambiente cada vez más tóxico. Vivimos con la amenaza de pandemias junto al fracaso de los antibióticos. Nuestro sistema financiero está destinado a otra crisis mayor que la anterior. Existe una cultura global de conquista del “otro”, de competencia, de venganza y de terrorismo.
Reconocemos que nuestro trabajo puede consistir menos en “salvar el mundo” y más en tratar de desarrollar nuestra capacidad de resistencia mientras se producen múltiples colapsos. Nos centramos en un cambio significativo hacia:
- – Una democracia que funcione, en la que las personas tengan una verdadera capacidad de decisión. Esto incluiría la devolución del poder al nivel más cercano a las personas y las comunidades, con estructuras que faciliten la toma de decisiones a nivel local, regional, nacional e internacional, cuando sea apropiado.
- – Una economía diseñada para maximizar el bienestar de todas las personas y minimizar el daño a las demás, a nuestras criaturas y a nuestro planeta. Necesitamos políticas y leyes que logren una mayor igualdad, una producción localizada, un consumo reducido, cero emisiones de carbono y cero residuos.
- – Crear una cultura regenerativa. ¡Podemos empezar a hacerlo ahora mismo! (Ver el punto 3).
Podemos centrarnos en los síntomas de este sistema tóxico, pero también aprovechamos las oportunidades para señalar que es necesario un cambio total del sistema. También nos centramos en los pilares que mantienen en pie el actual sistema neoliberal.
- – Un sector financiero desregulado basado en la deuda y los intereses.
- – Una democracia falsa y en decadencia.
- – Unos medios de comunicación captados por los intereses de explotadores ricos y corporaciones.
Una cultura humana regenerativa es sana, resistente y adaptable; cuida el planeta y cuida la vida con la conciencia de que ésta es la forma más eficaz de crear un futuro próspero para toda la humanidad. La cultura regenerativa implica mejoras año tras año, dando pequeños pasos para sanar y mejorar, y a todos los niveles, incluyendo a los individuos, las comunidades, nuestro suelo, el agua y el aire. Más que ser una red de “activistas”, buscamos formas de ser y hacer que apoyen el cambio positivo. Esto puede incluir la ceremonia y la oración (en formas que no son ni dogmáticas ni esperadas) como formatos para encontrar inspiración en cosas más grandes que nosotras mismas. Tenemos que volver a conectar con nuestro amor por nosotras mismas, nuestro país y nuestra gente junto con la vecindad entendida en un sentido amplio; las personas y el mundo natural.
La cultura regenerativa incluye un enfoque saludable en categorías de apoyo mutuo de:
- – Autocuidado: cómo nos ocupamos de nuestras propias necesidades y de la recuperación personal de este sistema tóxico.
- – Cuidado de la acción: cómo nos cuidamos unas a otras mientras emprendemos juntas acciones directas y desobediencia civil.
- – Cuidado interpersonal: cómo cuidamos de las relaciones que tenemos, siendo conscientes de cómo nos afectamos mutuamente, haciéndonos cargo de nuestro lado de las relaciones.
- – Cuidado de la comunidad: cómo cuidamos nuestro desarrollo como red y comunidad, fortaleciendo nuestras conexiones y la adhesión a estos principios y valores.
- – Cuidado de las personas y del planeta: cómo cuidamos de nuestras comunidades más amplias y de la tierra que nos sustenta a todas.
Se trata de las relaciones. Nuestras relaciones con nosotras mismos y con nuestras historias personales, nuestras relaciones con aquello contra lo que luchamos, nuestras relaciones con otros individuos en el día a día, y nuestras relaciones como grupo – son completamente interdependientes. El autocuidado también consiste en cuidar las partes animales del ser que responden instintivamente a las situaciones de estrés con la lucha o la huida o el desmayo.
Tenemos el deber de desobedecer este sistema que destruye la vida en la tierra y es profundamente injusto. Algunas de nosotras emprenderemos acciones abiertas (“sobre el terreno*”) y correremos el riesgo de ser arrestadas y acusadas. Las pruebas sugieren que la desobediencia civil abierta y la acción directa son cruciales para el cambio (ver, por ejemplo, las pruebas en CounterPower de Tim Gee y This is an Uprising de Engler & Engler). No es necesario ni se requiere que todo el mundo lo haga, ya que para algunas hay buenas razones para no hacerlo (pedimos a todas que se tomen el tiempo necesario para tener claras sus propias circunstancias, miedos y motivaciones). Es importante que nuestra cultura de Extinction Rebellion apoye a aquellas que estén dispuestas a arriesgarse de esta manera – también hay muchos roles de apoyo que son útiles y necesitamos permitir que al menos el 3% de la población participe activamente. Practicaremos una cultura de seguridad en la medida en que permita planificar acciones sin que sean interceptadas antes de que se lleven a cabo. Sin embargo, nuestras acciones de desobediencia civil y directas están a la luz pública, las organizadoras aceptan los riesgos que corren, y hemos publicado una “declaración de necesidad” en línea sobre por qué creemos que nuestras acciones están justificadas. Sin embargo, no se trata sólo de salir a la calle y pasar a la acción, sino que debemos recurrir a todos los aspectos de una cultura regenerativa y también tomarnos tiempo para reflexionar sobre si lo que estamos haciendo es eficaz. Puede que nos resulte difícil centrarnos en algunos aspectos de este trabajo, como el cuidado de una misma y de los demás. Podemos sentirnos atraídas por hacer lo siguiente, por ser “activas”, pero esto puede llevarnos al agotamiento.
Es importante que hagamos cambios en nuestras propias vidas para reflejar los cambios necesarios, como cambiar nuestra dieta, dónde vamos de vacaciones, etc. (sin embargo, la responsabilidad personal puede ser exagerada y se basa, hasta cierto punto, en el privilegio). Para todos estos retos pedimos espacio, paciencia y voluntad de probar cosas nuevas para ver si apoyan nuestros objetivos.
* Apreciamos y admiramos a quienes están dispuestas a emprender acciones “subterráneas” o “encubiertas” para luchar por el medio ambiente y la justicia social, dentro de otros ámbitos. Para que quede claro, y para la seguridad de quienes se organizan en Extinction Rebellion, es importante que tengamos claro que todas las acciones tomadas en nombre de Extinction Rebellion son “por encima del suelo”, es decir, que se toman en abierto y no se toman acciones por debajo del suelo como Extinction Rebellion.
No sabemos cómo van a cambiar las cosas, así que estamos dispuestas a experimentar y aprender de lo que hacemos. Mediante el cuestionamiento continuo, la reflexión y el aprendizaje de lo que ha funcionado en otros lugares, mejoraremos lo que hacemos y no nos quedaremos estancadas en un comportamiento repetitivo. Se trata de un proceso activo y continuo, que requiere tiempo y aportaciones de individuos y grupos para pensar en lo que ha ido bien y por qué, y en lo que sería mejor hacer de forma diferente.
Como movimiento nos comprometemos a hacer campaña por el derecho a la vida, y por la vida futura de nuestras hijas y del planeta. Reconocemos que, para cambiar el mundo, debemos cambiar nuestra forma de pensar y de relacionarnos con quienes trabajamos y nos aliamos. El mundo está actualmente definido por múltiples jerarquías de raza, clase, sexo, sexualidad, etc. Para las que están más abajo en estas jerarquías, gran parte del mundo no es un espacio seguro. Para crear espacios más seguros tenemos que trabajar activamente para comprender continuamente cómo funcionan estas jerarquías, de modo que podamos desafiarlas y construir la inclusión haciendo nuestros espacios más accesibles. Por lo tanto, para que nuestro movimiento sea seguro para todas, tiene que serlo para las más marginadas.
Este principio incluye el compromiso de crear espacios más seguros para apoyar la inclusión. Nuestro objetivo es que todas las personas sean bienvenidas, independientemente de su etnia, raza, clase, sexo, sexualidad, edad, ingresos, capacidad, educación, apariencia, estatus migratorio, creencia o no creencia y experiencia activista. Cada persona del movimiento es responsable de crear y mantener espacios más seguros, compasivos y acogedores. Hay que acoger explícitamente a las nuevas integrantes del movimiento. Un punto de partida sencillo es la adhesión a estos principios básicos.
No se acepta la violencia física ni la incitación a la violencia hacia las demás. No se aceptan los comportamientos discriminatorios, el lenguaje o la conducta que manifieste la dominación racial, el sexismo, el antisemitismo, la islamofobia, la homofobia, el capacitismo, la discriminación de clase, los prejuicios en torno a la edad y todas las demás formas de opresión, incluido el lenguaje abusivo hacia las demás, ya sea durante una acción o en otro lugar, físicamente o en línea.
También reconocemos que somos seres complejos y que mostramos muchas partes diferentes de nosotras mismas en distintos momentos y circunstancias. Por ejemplo, a veces podemos ser cariñosas, en otras ocasiones juzgar y en otras reaccionar de forma despreocupada. Algunas de esas partes son partes de nosotras que estamos contentas de traer, y otras son partes con las que estamos luchando, o quizás ni siquiera somos conscientes de que existen hasta que se revelan. Con este conocimiento, nos acercamos a las demás desde un lugar de compasión, y nos animamos a aumentar nuestra propia conciencia.
El terreno sobre el que se asienta esta red es el de las relaciones entre sus participantes. Trabajaremos cada día para crear confianza, respeto y reciprocidad entre todas nosotras. Suponemos que todas los participantes tienen buenas intenciones y reaccionaremos contra la falta de respeto. Utilizamos técnicas de resolución de conflictos para tratarlos de forma saludable y que aporten crecimiento a nuestro movimiento. Basamos nuestro trabajo en el diálogo, la curación, la transformación colectiva y la justicia. No toleraremos que nos avergoncemos unas a otras ni que nos acosen de ninguna manera. Esto requiere que seamos honestas y claros con nosotras mismas y con las demás; todas tenemos prejuicios y sesgos, y estos deben ser reconocidos en lugar de ser considerados negativamente. Es responsabilidad de todas cambiar los hábitos y comportamientos destructivos.
Reconocemos que nuestro mundo actual está estructurado por diversas jerarquías que se entrecruzan, basadas en la clase, la raza, el sexo, la sexualidad, la edad, etc. Por lo tanto, la experiencia de cada persona está determinada por su posición dentro de estas diversas jerarquías sociales. Por ejemplo, siendo una mujer negra se encuentran formas de opresión diferentes a las de una mujer blanca, debido a cómo la raza y el sexo se combinan y componen para dar forma a las experiencias.
Aunque aspiramos a vivir en un mundo en el que estas jerarquías ya no existan, no podemos pretender simplemente que no existan dentro de nuestra propia red. Por esta razón, nos proponemos centrar las voces que normalmente son las más marginadas, dándoles espacio para que hablen y animando a quienes normalmente no lo harían a ocupar puestos de liderazgo y coordinación. No se trata de decidir “quién es el más oprimido”, sino de crear conscientemente un espacio para que las personas que más tienen que luchar sean escuchadas, reconocidas y respetadas.
En términos prácticos, esto significa:
- – Ponderamos los papeles de coordinación hacia los grupos marginados.
- – Nuestros mensajes en los medios de comunicación incluyen temas y voces que normalmente se ignoran (por ejemplo, la relación entre el cambio climático y los centros de detención de inmigrantes). Sin embargo, somos conscientes de no intentar hablar en nombre de otras.
- – La accesibilidad es importante (en términos de cuidado de niños, acceso a sillas de ruedas, no hablar en jerga técnica), tanto para las reuniones como para las acciones.
- – Reconocemos que los comportamientos opresivos están socialmente arraigados en nosotras, y se pide a las personas privilegiadas que se comprometan a cuestionar sus privilegios y que estén abiertas a ser cuestionadas.
- – Turnamos a quienes ocupan puestos de responsabilidad para que el poder no se consolide.
- – Incorporamos la práctica antiopresiva en nuestros materiales de formación.
- – Nuestra estrategia se centra en hacer el trabajo necesario para forjar auténticas alianzas con los movimientos de base de las personas más marginadas.
- – También reconocemos que a veces la gente comete errores, juicios erróneos y pasos en falso, y tratamos de evitar la exposición humillante cuando está claro que hay que plantear y tratar un asunto.
Disponer de una base de datos, de medios sociales y de una página web, así como de la recaudación de fondos para las reuniones, etc., supone inevitablemente una centralización de cierto poder. Para mitigar cualquier problema de poder que pueda surgir, tenemos un Círculo de Anclaje, cuyo papel es transparente y en el que hay un proceso para que las personas entren y salgan.
Se recomienda reflexionar sobre estas cuestiones: Si siempre desempeñas un papel, ¿es posible formar a otra persona para que lo haga? Si otra persona está asumiendo el liderazgo de una función, ¿puedes aprender de ella para poder intervenir? ¿Puedes desafiarte a ti misma a asumir un papel más directo si es algo que no sueles hacer? ¿Te tomas tiempo para aprender sobre el poder y los privilegios? ¿Comprendes cómo el poder y los privilegios que tienes afectan a otras personas y al movimiento del que formas parte?
Culpar y avergonzar no nos servirá a largo plazo. Aunque una campaña específica puede tratar de poner de relieve el papel perjudicial que desempeña una institución, incluidas las personas que sirven a esa institución, nuestro punto de partida es que vivimos en un sistema tóxico que ha perjudicado a todo el mundo. Podemos señalar los comportamientos que son inútiles, explotadores o abusivos, y no toleramos tales comportamientos, pero no entregamos nuestro amor o nuestro poder culpando y avergonzando. Esto también es cierto en nuestras dinámicas interpersonales y de grupo, así como en nuestra relación con nosotras mismas.
Aceptamos el cambio que crea la unidad en la diversidad; necesitamos enderezar las relaciones entre nosotras, evitando las trampas interpersonales que provienen de los juegos a los que podemos jugar inadvertidamente y siendo conscientes las estructuras que nos dividirían. Aceptamos que a veces es necesario expresar las emociones, que puede ser necesario un periodo de desahogo. Nos pedimos mutuamente que tengamos cariño en la forma de compartir las emociones y que volvamos a una base de amor, respeto y convivencia. Tenemos que ser compasivas cuando se cometen errores. Los errores son oportunidades para aprender. Buscamos formas de conectar y comprender. Escuchar profundamente a las demás es una herramienta poderosa. Necesitamos escuchar especialmente a aquellos que proceden de grupos cuyas voces tienden a ser silenciadas.
La no violencia mantiene vivo nuestro movimiento. Utilizamos la no violencia para revelar a los verdaderos autores de la violencia sistémica que la gente sufre a diario en todo el mundo. Es nuestra estrategia para sacar a la luz la injusticia que demasiadas personas sufren cada día. Nos duelen los abusos de la policía y de otros, y seguiremos sacando a la luz su violencia mediante nuestra disciplina. Se ha demostrado inequívocamente que la no violencia es una herramienta eficaz en las movilizaciones de masas (véase el trabajo de Gene Sharp y Erica Chenoweth), por lo que basamos una piedra angular de nuestro movimiento en ella.
Al mismo tiempo, también reconocemos que muchas personas y movimientos en el mundo se enfrentan a la muerte, el desplazamiento y el abuso en la defensa de lo que es suyo. No condenaremos a quienes defienden con justicia a sus familias y comunidades mediante el uso de la fuerza, especialmente porque también debemos reconocer que a menudo son nuestros privilegios los que nos mantienen a salvo. Nos solidarizamos con quienes no tienen ese privilegio para protegerse y, por tanto, deben protegerse por medios violentos; esto no significa que aprobemos toda la violencia, sólo que entendemos que en algunos casos puede estar justificada. Tampoco condenamos a otros movimientos sociales y medioambientales que optan por dañar la propiedad para protegerse a sí mismos y a la naturaleza, por ejemplo inutilizando una plataforma de fracking o poniendo fuera de servicio un centro de detención. Nuestra red, sin embargo, no llevará a cabo daños materiales significativos debido a los riesgos para otras participantes por asociación.
Reconocemos que no podemos esperar que el gobierno resuelva los problemas del mundo. Tiende a concentrar el poder y la riqueza en manos de unos pocos privilegiados, y a menudo no tiene en cuenta los intereses de la mayoría de la gente y del mundo natural. Entendemos que debemos autoorganizarnos para satisfacer nuestras propias necesidades, lo que en el contexto de Extinction Rebellion significa que estamos trabajando para igualar el poder desbaratando los pilares habituales del poder que rigen nuestras vidas. Al hacerlo, nuestra intención es crear acceso a los recursos que necesitamos, como estructuras democráticas que garanticen que todo el mundo tenga voz e influencia, información que llegue sin el sesgo de los ricos y poderosos, atención sanitaria, educación, asistencia social y vivienda decentes, producción de energía limpia y protecciones en la ley para evitar el ecocidio.
Cualquier persona o grupo puede organizarse de forma autónoma en torno a los temas que le parezcan más urgentes y emprender acciones en el nombre y el espíritu de Extinction Rebellion, siempre que la acción se ajuste a los principios y valores de Extinction Rebellion. De este modo, el poder está descentralizado, lo que significa que no es necesario pedir permiso a un grupo o autoridad central. También promovemos las ideas de “holocracia” por encima del consenso:
- – Que se acuerde en un grupo que una o dos personas hagan una tarea específica para el grupo. Esas personas tienen entonces plenos poderes para realizar la tarea.
- – Lo mejor es que pidan consejo y retroalimentación, pero no necesitan el permiso de nadie para completar la tarea.
- – Son plenamente responsables de los resultados y deben reflexionar sobre ellos y sobre cómo mejorar en el futuro. Si algo va mal, deben ayudar a “limpiar”.
Al mismo tiempo, como red, Extinction Rebellion se autoorganiza para satisfacer las necesidades de las personas que participan en ella, trabajando para proporcionar formación en la acción estratégica para el cambio, educándonos a nosotras mismas y a las demás en torno a cuestiones de poder, privilegio y cómo descolonizar, creando una mejor accesibilidad, cuidando nuestras necesidades emocionales en relación con el trabajo conjunto, y haciendo tiempo para la conexión y la diversión.